La incorporación de los restos de poda al suelo, como aporte de materia orgánica y como soporte para la retención de agua y humedad es algo bastante reciente y novedoso en nuestro territorio. De hecho somos de los pocos agricultores pioneros que están realizando esta importante labor.
Lo que hacemos es: tras la poda encarrilamos las ramas cortadas en el centro de las calles de los árboles y sobre la cubierta verde. A continuación pasamos con un tractor con trituradora incorporada y va rompiendo las ramas y tallos en pequeñas porciones.
Cuando la cubierta verde ha alcanzado su punto optimo para incorporarla al suelo, que ocurre cuando las plantas se encuentran en flor y antes de que empiece el cuaje de las semillas, damos un pase con discos de labranza que corta las hierbas e incorpora al suelo la cubierta verde y los restos de poda.